Hay personas que no les gusta la navidad....Así que, el fantasma de las navidades pasadas, se dan su vueltita cada 24 de diciembre a las 12 de la noche...no sé, si algún día me pasara eso...aun no he tenido fantasmas oscuros en mis navidades pasadas.
El recuerdo de mis navidades pasadas, es feliz, ¡Gracias mamá por los pollos y las papitas al horno! Ella, tenía su propio ritual, me obligaba a dormir para estar más o menos lucida para la cena y el brindis correspondiente…el regalo lo recibía el 25 de diciembre en la mañana, cuando amanecía una paquetito me esperaba a los pies de mi cama…"El niño Jesús ha venido en la noche y te ha traído un regalo" recuerdo mucho una muñeca llamada Karina, aunque la muñeca ya no está, el recuerdo de ese momento lo llevo conmigo cada navidad.
Ya adulta he tenido navidades de baja potencia, recuerdo una navidad que no había niños en casa, la navidad solo broto un 25% (claro, todo de mi parte, jajajaja.....) comimos carne asada o estofado, nada navideño. Así fueron algunas navidades hasta que comenzaron a nacer mis sobrinos, la llama de la navidad se fue encendiendo nuevamente, llegando a su cúspide hace 2 años, cuando mi hermano se disfrazo de santa y tuvo que comer su pavo con barba, disfraz y panza de algodón ¡En pleno verano, como sudaba el pobre! No le quedaba otra, su hijo menor, no quería que santa se valla (es decir lo invito a cenar) Cada gota de sudor valió la pena, mis sobrinos estaban encantados. Fue un día memorable.
Este año a pesar que ya no creen en santa aun viven la ilusión de los juguetes, la cena y la familia reunida. Claro, ilusión que yo alimento con gran parte de mi sueldo del mes de diciembre. (Aquí he dado un suspiro profundo y relajado) Ya todo está listo, mientras hay niños abra navidad, perdón, mientras que el niño que cada adulto lleva adentro viva, habrá navidad.